sábado, 15 de mayo de 2010

El LHC logra recrear un pequeño ‘Big Bang’


Los científicos han logrado hoy, por primera vez, la colisión de haces de protones en el gran acelerador del CERN a una energía de 3,5 TeV (teraelectronvoltios) cada uno, recreando la situación similar a los instantes posteriores al ‘Big Bang’. Se trata de la primera vez que se consigue llevar a cabo un experimento de estas características, un récord mundial en la Historia de la Ciencia que ayudará a entender cómo funciona nuestra galaxia.

Este resultado, que se obtuvo después de dos intentos fallidos, abre las puertas a una nueva fase de la física moderna, pues permitirá dar respuestas a numerosas incógnitas del Universo y la materia.

El objetivo de los científicos era recrear ‘mini versiones’ de lo que fue el Big Bang, recuperar la situación del Universo de hace 13,7 miles de millones de años, en el momento de su nacimiento, con el principal objetivo de analizar el origen y la naturaleza de la materia, así como el de las estrellas y planetas que lo conforman.



Tras más de 20 años de investigación, más de 3.900 millones de euros invertidos y el trabajo 10.000 científicos de 80 países, dos haces de mil millones de protones cada uno, acelerados a una velocidad próxima a la de la luz, circularán por un túnel circular de 27 kilómetros de largo y en algún momento se chocarán.

Los protones circulan por el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) de la CERN, el mayor del mundo, situado a 100 metros bajo tierra en Ginebra, cerca de la frontera con Francia.

Para poder “retener” la información que las colisiones produzcan, el LHC cuenta con cuatro detectores, Atlas, Alice, CMS y LHCb, que captarán millones de datos que, posteriormente, deberán ser analizados durante años.

Esa es parte de la magia del experimento: se ha aplaudido como un evento magno nunca antes logrado, pero no desvelará ninguna información concreta hasta pasados varios años.

El sistema empezó a funcionar a una energía de 0,45 TeV para alcanzar poco después su primer récord mundial -de 1,18 TeV-, al que siguió otro de 2,36 TeV el pasado diciembre, lo que ya permitió registrar numerosos datos procedentes de un millón de colisiones de partículas.



Siete TeV es la mitad de la potencia calculada del acelerador, una capacidad máxima a la que sólo será sometido después de se haya revisado minuciosamente todo el engranaje y se haya reconfigurado para adaptarse a una velocidad de 14 TeV. Una nueva etapa que se espera que no ocurra antes de 2013.

Uno de los principales retos del experimento de este martes es poder comprobar empíricamente la teoría estándar de la física, basada en el bosón de Higgs.

La existencia de esa partícula, llamada “la partícula de Dios”, que debe su nombre al científico que hace 30 años predijo su realidad, se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre sí

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